El cáncer de próstata es el tercer tumor más frecuente en los varones y la tercera causa de muerte por cáncer, provocando más de 5.000 fallecimientos cada año en España.
Las posibilidades de tratamiento curativo para el cáncer de próstata son tres: cirugía, radioterapia o crioterapia.
El tratamiento más empleado es la cirugía de prostatectomía radical, muy eficaz, pero que presenta como principales secuelas en la calidad de vida del paciente el riesgo de aparición de impotencia e incontinencia urinaria.
La braquiterapia prostática es una modalidad de tratamiento mínimamente invasiva cada vez más empleada, que no precisa anestesia general, con hospitalización inferior a 24 horas, y que logra una posibilidad de curación similar a la cirugía con menos riesgo de incontinencia urinaria y disfunción eréctil.

¿En qué consiste la braquiterapia?

Es un tratamiento radioterápico que consiste en introducir semillas radioactivas directamente dentro del tumor, para destruirlo sin dañar el tejido sano circundante.
Estas semillas son más pequeñas que un grano de arroz, están formadas por un isótopo radiactivo (habitualmente Yodo-125) encapsulado con titanio, y se colocan bajo control ecográfico transrectal mediante agujas introducidas por el periné (entre los testículos y el ano) con anestesia regional (epidural). Su número y situación se calculan empleando un ordenador, en función de la forma y tamaño de la próstata.
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¿Cuándo está indicada?
Este tratamiento es más eficaz en aquellos tumores que están localizados dentro de la próstata, con niveles bajos del marcador PSA en sangre, y en pacientes cuya próstata no es demasiado grande y no tienen muchas dificultades para orinar.
También puede utilizarse asociada a radioterapia externa para tratar tumores más avanzados, y ha mostrado prometedores resultados en la reaparición local del cáncer tras la cirugía.

¿Cuáles son sus resultados?

Se ha demostrado que la curación del cáncer de próstata tras braquiterapia, en pacientes adecuadamente seleccionados, es igual a la que se obtiene con la cirugía, con la ventaja de dañar menos la calidad de vida del paciente.
Los principales efectos secundarios que provoca son un aumento en la frecuencia de la micción y deposición, y menor flujo urinario, que suelen recuperarse al cabo de varias semanas.


Como ocurre con muchos tipos de cáncer, la detección y el tratamiento precoz aumentan las posibilidades de curación.
La braquiterapia es una buena opción terapéutica para pacientes que presenten cáncer de próstata en estadios iniciales que deseen preservar su potencia sexual o que tengan contraindicación quirúrgica.

Es un tratamiento de alta tecnología, que precisa de la colaboración de un equipo multidisciplinar, formado por oncólogos radioterapeutas, urólogos, radiofísicos, y técnicos en radioterapia; por lo que solo está disponible en unos pocos hospitales muy especializados.

En nuestra comunidad autónoma contamos con un centro de referencia para este tratamiento: el Centro Oncológico de Galicia en A Coruña, con una amplia experiencia de más de 1.700 casos tratados hasta la fecha con óptimos resultados

Dr. Luis Alvarez Castelo
Consulta de Urología
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